En estas fechas se están celebrando las primarias en los Estados Unidos. Es un proceso que despierta mi envidia, la sana si es que la hay, porque me parece muy enriquecedor poder elegir el candidato que dentro de las corrientes de un partido quieres que se presente. Trasladándolo a nuestro país nos podríamos imaginar un duelo Gallardón vs la Espe o Rajoy en un lado y el no menos interesante Bono, o Ras Díez, vs Zapatero.
La elección americana es indirecta, es decir, los ciudadanos eligen a unos señores, llamados "delegados", que posteriormente se reunirán en una convención en la que votarán al candidato con el que se han comprometido. Hay delegados electos, llamados compromisarios, y otros miembros natos de los partidos demócrata, llamados superdelegados, y republicano, que se llaman RNC.
Se llaman primarias en general pero hay dos mecanismos de elección: las primarias y los caucus.
En las primarias se realiza una votación como la que conocemos, la gente va y vota en una urna. Los demócratas asignan los delegados de forma proporcional, como en España. Los republicanos siguen un sistema mayoritario con el muy americano "the winner takes it all".
Luego están los caucus. Los más famosos parece ser que son los del partido demócrata en Iowa. La gente se reúne en escuelas, gimnasios y sitios variopintos. A la hora pactada, las 7:00 p.m. los partidarios de cada candidatos se juntan en una esquina. Los "jueces" cuentan cuantos seguidores tiene cada candidato. Como en esas fechas todavía hay varios candidatos, siempre hay grupos que no alcanzan el 15%, en ese momento se inicia el tiempo de "persuasión". Durante un rato los partidarios de los candidatos mayoritarios se acercan al rincón de esos que no tienen el mínimo exigido para convencerles de que se vayan a su esquina. También se intentan convencer entre las opciones minoritarias para sumarse y alcanzar el mínimo. Paso el tiempo de persuasión cada uno vuelve a su esquina se vuelve a recontar y ese es el resultado de ese caucus. Los caucus se acumulan por "condados" y de esta forma se asignan los delegados.
El sistema es muy participativo y exige el compromiso de los votantes porque no es votar y marcharse, hay que quedarse hasta el final del sarao.
Mi sorpresa fue que no es un sistema tan lejano como yo me creía. Resulta que lo que hacen los obispos españoles para elegir al presidente de la Conferencia Episcopal se parece mucho a un caucus. Se hace una primera votación y dejan un período de reflexión hasta el día siguiente en el que abren el período llamado "de murmuraciones", durante este tiempo hablan entre ellos y se dan sus argumentos, siempre teológicos, sobre las bondades de un candidato u otro. Al día siguiente votan de nuevo y designan a su presidente.
¡¡¡Qué pequeño es el mundo!!!
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