No soy un experto en la elaboración de notas de cata por lo que simplemente voy a reflejar mis sensaciones al probarla.
Es una cerveza de las llamadas especiales, elaborada por una gran compañía cervecera para un evento o tipo de público especial. En este caso se trata de una colaboración con Ferrán Adriá en la búsqueda de una cerveza ideal para acompañar las comidas. O sea, competir con el vino.
Esto hace que la botella venga acompañada con unas notas de elaboración y cata. Ya se sabe si colabora el Adriá pero nadie lo sabe pues no sirve para nada.
Es una cerveza de doble fermentación, que mezcla cebada y trigo y está aromatizada con cilantro, piel de naranja y regaliz.
Curiosamente, frente a otras cervezas de doble fermentación, se recomienda servir y mantener fría. Desde mi punto de vista, esta temperatura hace que se pierdan matices en boca pero dado su objetivo de acompañar a la comida esto parece razonable.
No es una cerveza de densa espuma sin más bien lo contrario, incluso demasiado ligera para ser una cerveza de botella. El color es turbio, oro con reflejos verdosos, pero no llegando a la turbidez de cervezas más tradicionales de trigo. Las burbujas son también pequeñas y no demasiado abundantes.
Al probarla se aprecian esos aromas con la que se ha elaborado dejando un gusto fuertemente afrutado y aunque resulta muy ligera y no tiene mucho cuerpo, la aleja del fin de acompañamiento a la comida pues es un sabor con demasiada personalidad propia que desvía la atención de las viandas.
En resumen, si yo tuviera que dar una puntuación sería un 5.
PD. Prometo esforzarme más en las fotos para otras ocasiones.
1 comentario:
Mi puntación es un suspenso y no pienso darle otra oportunidad. Ni por el precio ni por el sabor que no me convenció
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