Los proyectos vitales y laborales no siempre se desarrollan como uno desea. Por mucho esfuerzo, cariño y dedicación que se ponga y aunque se intenten poner todas las medidas para que todo salga bien, la realidad nos lleva tozuda por derroteros insondables.
Cuando se juntan varios resultados negativos y en una situación de estrés la tendencia es hacer parecer nuestros propios fallos en los causantes de todos los grandes males del universo y a magnificar los daños.
Son rachas y siempre nos quedarán las canciones.
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