domingo, 6 de febrero de 2011

Gente de Toledo

Hace un par de fines de semana, el 22 y 23 de enero, fallecieron en Toledo dos personas que con trayectorias vitales y profesionales muy distintas pero ambas son de ese tipo de gente necesaria para el desarrollo colectivo de una ciudad como Toledo: Julio Porres y Valentín Gil.

Por esas casualidades de la vida se da la circunstancia de que los dos fueron vecinos míos en distintas etapas. No es esta una coincidencia demasiado especial en una ciudad pequeña como Toledo, mucho más pequeña en aquella época de infancia y adolescencia donde prácticamente nos conocíamos todos sobre todo los que un amigo mío denominaba TTV (Toledanos de Toda la Vida). Luego la ciudad creció, pasamos fuera algunas temporadas y nuestras trayectorias no volvieron a converger. Pero de ambos guardo un grato recuerdo y cuando de enteré de sus muertes, tarde, los recordé de manera muy cercana, por esa experiencia personal, pero sobre todo pienso que cada uno de ellos a su manera y sin compararlos de modo alguno han hecho una gran aportación al progreso de esta ciudad tan de provincias que se decía antes.

JulioPorres

Por empezar cronológicamente y decirlo apropiadamente, don Julio Porres me conoció desde mi nacimiento que fue una semana después de la de sus gemelos, Beatriz y Jorge, en aquella plazoleta de la calle de la ciudad. Yo no soy quien para glosar todos sus méritos y obras que ya están más que descritos en otras partes, pero lo que recuerdo desde mi visión de niño era un señor serio, observador, con un aspecto que para mi era el arquetipo del gentleman inglés a quien sólo a falta del bombín. Solía ir con portafolios o maletín y tengo una imagen de él tomando notas.

Una vez en la plaza del Consistorio, que nosotros llamábamos la plazuela de Perico aunque yo nunca conocí al tal Perico, estábamos un grupo de chiquillos sentados en las escaleras del ayuntamiento. Él se paró con nosotros y empezó a glosarnos las maravillas de la torre de la catedral. Por supuesto no recuerdo la lección magistral, pero sí recuerdo aquella sensación de minuciosidad en los detalles que nosotros de tanto ver la torre nunca habíamos visto.

D. Julio era un erudito, un estudioso incansable en la defensa y difusión del patrimonio cultural de Toledo y de su historia a quién los toledanos debemos mucho en este campo de la memoria colectiva.

ValentinGilEl mundo del futbol es donde desarrolló su vida don Valentín Gil. Entrenaba a los chavales en la escuela de fútbol Odelot-Toletum en cuya creación participó cuando desapareció la escuela de fútbol patrocinada por Soliss. Formaba deportivamente a los jóvenes que han recibido sus consejos por más de 15 promociones. Lo conocí cuando fuimos a colonizar Buenavista y el fútbol se practicaba en las calles. Con nosotros jugaba más su hermano Jose, que tenía un nivel más asequible para el común de los mortales. Valentín jugaba por aquella época en el Santa, nombre popular de la Unión Deportiva Santa Bárbara y que tenía su origen en la fábrica de armas y no en el barrio de la estación como he escuchado recientemente. Jugar en el Santa era en aquella época tener un nivel y cada año se escuchaba que Valentín iba a dar el salto a un “grande”.

También coincidí con él en Instituto El Greco, el único que había en Toledo. No era tan buen estudiante como deportista. Creo que si tuviera que trasmitir una imagen de él a través de un símil cinematográfico podríamos decir que Valentín era el Zac Effron de la época, ese quarterback de las películas de las que todas las cheerleaders estaban enamoradas. Cuando eres un adolescente te marca bastante esa escena de piscina en que las chicas te ignoran y dirigen todas sus miradas al moreno con tipazo, que aunque sólo te saca dos años a ti te parece que son años luz.

En un pueblo grande como es Toledo ambos tipos de perfiles son necesarios y son personas a las que tenemos que estar agradecidos por su aportación a la sociedad. En una ciudad tiene que haber eruditos y deportistas y es justo que les reconozcamos a cada uno su aportación en su apropiada medida.

Créditos: Las fotos están sacadas del ABC de Toledo y de la Web de elToledo.com

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