Mi entorno más cercano me lo afea y los amigos no entienden como, siendo yo funcionario, no desconecto del trabajo nada más salir y mantengo el móvil y el correo abierto siguiendo temas incluso en vacaciones.
Debe haber una razón genética o tal vez se de por generación espontánea. Tampoco es una cuestión fruto de profundas reflexiones sino que me ha salido así toda la vida.
Pude optar por la empresa privada cuando tuve ocasión y jugosas ofertas pero decidí permanecer en esto de la cosa pública.
Me gusta la vida de provincias. Las grandes ciudades están bien para visitarlas, hacer compras, ir a espectáculo y volver a casa.
Casi todo mi entorno infantil era del Madrid. Yo del puñetero Atleti. Ni siquiera puedo preguntarle a mi padre por qué somos del atleti por que él es merengón.
No me van las camisetas con cocodrilos y caballos, me gustan las decoradas con dibujos animados, de la Warner nunca de Disney. El Correcaminos es simpático pero el que mola es el Coyote. De pequeño quería trabajar en la ACME y diseñar artefactos de difícil justificación mercantil.
Luego llegó la etapa de los comics ¿La Marvel? ¡No, por dios! Corto Maltés y el Teniente Blueberry, con ligeras concesiones a Ásterix y Conan el Bárbaro.
¿Los Beatles o los Rolling? Los Ramones y los Clash, moderados por Elvis Costello, Diana Krall o, más recientemente, Norah Jones.
Cuando era joven Mecano arrasaba. Nunca fui a ningún concierto suyo pero no me perdía uno de Siniestro Total.
Me pasa también en las bebidas, podrían gustarme los exquisitos vinos de Rueda o de las Tierras de Castilla sin embargo soy más de la prosaica y mucho menos literaria cerveza.
Hasta ahora a mi me gustaba presumir de no ser mayoritario pero, estos días de asueto, con su clarividencia juvenil mi hija lo ha definido con una palabra y en casi perfecto inglés: “Daddy, eres un loser”.
1 comentario:
Me retrata este comentario. Creo que debo ir al psiquiatra.
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