Desde la simplicidad masculina se tiende a pensar que un bikini es una pieza diseñada para el baño y punto. Craso error. Un bikini es una pieza versátil que se lleva de distinta forma en función de la posición del cuerpo de la usuaria con respecto al sol.
Para apoyar mi tesis lo ilustraré en un caso de estudio que he observado esta mañana. La chica era de esas de moreno de anuncio de “Sun bruin” y el bikini amarillo limón de esos tipo triángulos que se anudan en la nuca. Esa es la posición de partida, es decir, como llega la chica a su puesto playero.
Cuando la chica se tumba boca arriba las dos pieza sufren su primera transformación. La cinturilla se baja y se quita el nudo de la espalda, el superior el otro queda como línea base, dejando los cordones sobre los triángulos pectorales para evitar el corte superior y poder lucir escotes palabra de honor.
Al sentarse esta posición se combina atando las tirillas a la espalda, en dos líneas paralelas, para lograr el mismo efecto en el dorado sin mostrar más de lo deseado por la usuaria. Probablemente la diseñadora de la prenda pondría el grito en el cielo al ver el destrozo en su obra, sin embargo la pieza se sujeta mientras la chica se sienta de cara al sol apoyándose con las manos extendidas hacia atrás y las rodillas flexionadas.
Como el sol pica hay que levantarse a darse un chapuzón y en ese momento la pieza se vuelve a transformar. Esta vez las tiras se pasan por los hombros para atarse por la espalda a la tira base. Como el típico bañador de tiririllas, aunque no lo sea. Realmente no tengo claro que función tiene esta posición ni las ventajas que pueda tener frente al diseño original pero la uniformidad del bronceado que presenta nuestro caso de estudio demuestra que da sus resultados.
Boca abajo las tiras se desanudan y el triángulo inferior se minimiza extraordinariamente.
Todas estas modificaciones se hacen con una asombrosa habilidad sin dejar entrever apenas esos recovecos que demuestran que la chica era originariamente de raza blanca, incluso aria.
No obstante, en estos casos a mi siempre me dan ganas de gritar aquello de ¡Haga top-less, señora!
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