martes, 21 de junio de 2011

De postulantes y sanpedros

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En estas etapas de interinidad en los gobiernos, y si no cuento mal ya llevo 11 con el presente, habitan unos seres cuasi mitológicos que se desplazan por los pasillos y las cafeterías con un comportamiento especial.

Los más clásicos, los que hemos conocido hasta ahora, se dedican a exaltar su buen hacer, sus conocimientos profundos de tal o cual tema y los magníficos contactos y reputación que tienen entre los elementos más influyentes del partido en el poder, (antes uno, ahora otro).

Son los postulantes, conocidos así por su similitud con aquellos que aspiran a entrar a la los monasterios cistercienses y que pasan por la fase de postulado antes de su admisión como novicios y por tanto miembros de la Orden.

Como los tiempos avanzan en esta ocasión ya he visto algunos casos de postulación a través de las redes sociales.

A los postulantes se les puede respetar mientras no degeneren en trepa, que también los hay. Simplemente son personas con ambición y que pretenden ocupar un cargo público, exponen sus méritos, no tengo claro si en el sitio adecuado, e intentan cubrir sus expectativas de desarrollo profesional.

En esta época actual, en que lo que cambia es también el partido político que sustenta al gobierno, ha aparecido una nueva subespecie pasillil y tabernaria. Estos nuevos especímenes podríamos denominarlos sanpedros, por su capacidad de negar, algunos incluso con vehemencia, a su anterior líder espiritual, ahora caído en desgracia.

Los sanpedros suelen ser gente con carnet del PSOE, las palmas rojas de aplaudir en los mítines, y que ha ostentado un puesto de rango político del que fueron apartados para actualmente ocupar alguna canongía en forma de jefatura de área o servicio creada ad hoc en el momento de su cese. En cuanto a las expresiones que utilizan para destacar su mérito tengo que distinguir de dos tipos: las que he escuchado yo directamente, del tipo “a mi me echaron los socialistas”…; y las que me han dicho que dicen, como “yo de pequeño estaba en la OJE”…

A los sanpedros solo se les puede decir una cosa: ¡Un poquito de dignidad, por favor!


PD. Por si alguien se lo pregunta me declaro impotente para ubicarme en ninguna de las categorías.

Nunca he podido ser postulante, me han faltado contactos y habilidades políticas, como las que ya he reconocido. Esta razón es causa de que no pueda ser sampedro, nunca he sido nada de lo que me hayan podido echar.

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