He de reconocerlo: como blogger soy un fracaso. Con esta son 4 las bitácoras en las que he intentado plasmar literariamente las cosas que me pasaban por la cabeza.
La inconstancia me ha podido.
Hace ya tiempo tenía una página en Spaces que mantenía en privado para un grupo selecto de amigos y con la que estuve muy motivado durante un tiempo. Eso me llevó a lanzar este blog, ya público, en el que pretendía ampliar horizontes, pues no sólo iba a tratar sobre canciones sino sobre muchos tipos de ideas.
Y ahí llegaron los problemas. Primero surgieron las dudas: ¿y si escribo algo que no sienta bien a alguien?¿y si escribo mal y no se me entiende?¿le importa a alguien lo que yo escriba u opine?
Pero el parón definitivo, hasta ahora, surgió cuando descubrí el microblogging y las redes sociales: twitter, plurk, facebook... ocupan actualmente mi tiempo tecnológico. Es más divertido, tiene efecto inmediato y es menos comprometido.
Pero esto es lo que me ha llamado a despertarme, el compromiso. Tras una ardua reflexión de 2 minutos he llegado a la conclusión que no sólo tengo el derecho a opinar, sino que tengo el deber de aportar mis ideas a la sociedad ¿que no lo lee nadie? No importa, yo ya he hecho mi contribución y a lo mejor alguien alguna vez desde algún sitio acaba encontrándole alguna utilidad.
Esta vez voy a ir poco a poco, imponiéndome metas cercanas y abordables. Al principio un post a la semana, si lo consigo luego serán dos. Y un compromiso, esto nopuede retirarme de mi vida personal y familiar, porque hay vida fuera de la red.
Y si digo estupideces o escribo mal, será que no doy para más.
4 comentarios:
Pues bienvenido al club. Ya te he agregado a mi GoggleReader, con la etiqueta "blogosfera pública".
¡Nos leemos!
Me sumo a lo que dice Alorza, adelante que tiene buena pinta...
Pues no sabía que me leía nadie. Y mucho menos gente tan reputada como vosotros.
Gracias por los ánimos.
Seguro que te lee más gente de la que crees, incluso gente menos reputada y gente más en la sombra.
Animos. Siempre es bueno escribir... y siempre hay quien disfruta leyendolo
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