La excepción ese grupo madrileño de hip-hop procedente del modesto barrio de pan bendito, sin estudios en Harvard, dio una lección en la ventana de la ser sobre la música en Internet, la cultura y las mentiras que se difunden sobre el tema de las descargas legales.
Para la nueva ministra de Cultura dejaron algún mensaje que es todo un torpedo a su ya de por sí débil línea de flotación argumental: hay más cultura que el cine, la música clásica o el flamenco.
Dieron caña a las compañías discográficas y a los presuntos defensores de los artistas: Las compañías te exprimen. No perdemos nada (distribuyendo gratis su música en Internet) por que antes no ganábamos nada.
Lo que venía a denominarse las verdades del barquero. Os dejo el corte:
1 comentario:
Creo que la ministra sabe perfectamente de la existencia de ese otro modo de hacer negocios en la red, y sabe por tanto que esos negocios son competencia directa contra sus intereses, los de antes de ser ministra, los de después... y los de durante, que no son España, sino su bolsillo y el de sus amigos.
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