Existe un mito generalizado que hace suponer que la mera aplicación de tecnologías de la información supone mejoras en la gestión y ahorro de costes operativos.
El error de esta proposición estriba en la suposición, tremendamente difundida en el mundo de los usaurios, de que la mera aplicación de una herramienta aporta beneficios sin necesidad de más análisis ni simplificación procedimental ni racionalización de su uso.
La mejor forma de demostrar que no es intrínseca la relación TIC/eficiencia, definida ésta por la Wikipedia como el uso racional de los medios con que se cuenta para alcanzar un objetivo predeterminado; es el requisito para evitar o cancelar dispendios y errores, es citar cinco de los ejemplos que se repiten en varias, demasiadas, de nuestras administraciones públicas. Cómo concepto cada una de ellas son grandes herramientas pero…
- Varias administraciones autonómicas disponen de varios sistemas de gestión de personal inconexos e independientes, clasificados por la tipología de funcionarios que gestionan en lugar de tener uno común con módulos de gestión particularizados.
- No es infrecuente encontrarse con sistemas de gestión de expedientes diversos en la misma administración. Esto suele deberse a que se trata el problema desde el punto de vista de la administración y no el del usuario que debe saber qué administración es competente en qué materia para resolver su problema.
- Se prodigan los Centros de gestión de red, incluso en algunas regiones las redes están diversificadas por materias y no comparten infraestructuras. Afortunadamente este caso va en regresión.
- Multiplicidad de centros de proceso de datos hasta tal punto que no hay edificio administrativo que se inaugura que no se precie de disponer de un moderno CPD. Esto no es sólo ineficiente sino muy poco ecológico.
- No hay equipo directivo departamental que no quiera tener su propio y exclusivo cuadros de mandos. Esto me ha recordado una frase de Gloria Nistal en la presentación del proyecto de Ventanilla Única en 1998 en Salamanca:
La ventanilla única en las administraciones es como los ombligos en las personas. Todos tenemos una.
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