La administración electrónica en la nueva estructura de la AGE

El cambio de Gobierno ha traído un reparto de competencias, ya comentado anteriormente ,que para mi no resulta especialmente prometedor en lo referente a la Administración electrónica, en particular, y la modernización administrativa en general.

Aunque se ha debatido bastante sobre el tema estos días, muy bien recogido como siempre en  Openpropolis, y una corriente extendida ve favorable, que lo es, que estas competencias se asuman en una Vicepresidencia, en mi opinión el cambio de nombre indica fundamentalmente un cambio de prioridades.

El nombre de Secretaría de Estado para la Función Pública sugiere una preponderancia de la gestión de recursos humanos y de las políticas de empleo público sobre la gestión administrativa y la gestión pública. Espero equivocarme, pero en estos tiempos de zozobra la tentación de las medidas de economía fácil y de ahorro en Capítulo I junto con las soterradas campañas en contra de los privilegios de los empleados públicos me asustan. Ya hay quienes venían recogiendo algunas de estos temores hace meses.

También es posible que en el momento de la remodelación nuestros líderes políticos estuvieran tan centrados en los problemas de la economía que se produjeran algunos “despistes”. Puedo imaginar un diálogo divertido del tipo:

- A ver, quién se queda con la Secretaría de Estado para la Administración.

- ¿Y eso que es?

- ¡Si hombre! todo eso de los funcionarios y tal.

- Ah! pues me lo quedo yo misma, pero le vamos a cambiar el nombre para acordarnos de lo que es.

Espero que los hechos me lleven la contraria, me equivoque y efectivamente las primeras medidas de contención estén mucho más centradas en la ingeniería de procesos, la eliminación de trámites absurdos, la transparencia y la eficacia.

En fin, más cómo y menos quién.